son cubano

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(Traducido por Omar Salgado)

Esta publicación será breve y e irá al grano. Los siguientes comentarios surgen de mi experiencia de enseñar el baile de son en diferentes lugares, las preguntas que la gente me ha hecho durante esas clases y las confusiones que percibo que hay en lo que se refiere al son (en tanto baile).

Espero que esta publicación ayude a aclarar algunas confusiones acerca del son de una vez por todas, especialmente a lo que se refiere a bailar sobre los tiempos musicales.

La principal confusión que encuentro acerca del son es el aparente intercambio de los términos contratiempo y son. Voy al punto: algunos creen que estos dos términos significan lo mismo.

Pero no.

El contratiempo literalmente significa “en contra del tiempo”, pero lo que significa en términos musicales es “a partir del tiempo débil”. En música, los tiempos débiles son el 2do y el 4to en un compás de 4/4. (Para una explicación más detallada, da clic aquí.). El contratiempo, pues, es una manera de decir que empezamos a bailar sobre el tiempo débil, es decir, que empezamos nuestra cuenta de tres pasos sobre el tiempo débil. Por lo tanto, si vamos a bailar “sobre el tiempo débil”, empezaríamos nuestra cuenta de tres pasos sobre el tiempo 2 y la terminaríamos en el 4.

El son se refiere al baile que se baila con la música de mismo nombre.

Entonces, mientras el son se refiere al baile mismo, el contratiempo se refiere a los tiempos musicales débiles sobre los cuales bailaremos, lo que no necesariamente se tiene que aplicar a este baile. De hecho, el casino o la salsa se pueden bailar “a contratiempo”.

De todas maneras, la razón por la cual mucha gente confunde los términos no es infundada. El hecho es que cuando se enseña a bailar son, casi siempre se enseña a bailarlo “a contratiempo”.

Precisamente por esto, pareciera que hubiera una segunda mayor confusión acerca del son en tanto baile. Dicha confusión esencialmente favorece que se tiene que bailar “a contratiempo”.

Para aclarar esta confusión, me gustaría que primero vieran este video de una pareja bailando casino. Véanlo por 40 segundos y traten de encontrar sobre qué tiempo están bailando. Luego regresen al texto.

Suponiendo que vieron el video como sugerí, habrán notado algo. Si saben cómo encontrar el tiempo 1 musical en la canción, habrán notado que ciertamente ellos no estaban bailando sobre el 1. Ahora, el casino típicamente se enseña a bailarlo sobre el 1.

¿Dejó de ser casino por esto?

Por supuesto que no. Y ése es el punto que trato de señalar. Para aquéllos que piensan que el son tiene que ser bailado “a contratiempo”, tengo noticias: sencillamente no es verdad.

Ya lo vimos con el casino. Ellos estaban bailando casino sobre un tiempo que no es el típico que enseñen en las academias, pues el primer tiempo musical, o acento, es el que se procura en la enseñaza del casino, y después de todo nadie puede decir que no lo estaban bailando, o que no es casino porque no estaban bailando sobre el 1.

Justo como el título de esta publicación  menciona: “Escoger bailar sobre algún tiempo musical no hace al baile; su estructura sí”.

En otras palabras –y regresando al son en tanto baile–, si se ve como son, entonces es son, no importando el tiempo musical sobre el cuál elijamos bailarlo.

Podemos bailar son a contratiempo. Podemos bailarlo “a tiempo” (sobre el tiempo 1 musical). Si, estructuralmente, estamos bailando son, entonces estamos bailando son.

Ahora, lo que podemos poner de relieve es que empezar “a contratiempo” es la manera preferida de bailar el son. Y así es. El son, en especial el tradicional –e incluso en partes de sus variantes más modernas–, se baila mejor “a contratiempo”. Se siente mejor con la música puesto que los músicos enfatizan los tiempos débiles.

Pero de tener una preferencia de bailar “a contratiempo” a decir que si alguien no lo hace así ya no está bailando son… bueno, eso es simplemente un absurdo y un desconocimiento del baile.

Si podemos bailar casino sobre cualquier tiempo musical, sus predecesores no suponen lo contrario. Ahora, se siente diferente bailar sobre tiempos fuertes o débiles cuando de vincular el baile con la música se trata. Pero estructuralmente hablando, el baile no pierde su identidad por que elijamos bailar sobre algún tiempo musical.

Con el pasar del tiempo creo que estas confusiones, en especial la última, surgen del hecho de que el son realmente no es un baile popular en Cuba. Seguro que hay lugares en la isla donde sí, como en Santiago de Cuba, que ha mantenido vivo este baile. Pero ya en el conjunto de bailes, el son no es tan popular. Muchos cubanos empezaron a preferir el casino. Esta falta de… “contacto” con el baile, pongámoslo así, según veo, ha hecho que el conocimiento del son permanezca anquilosado en ciertos principios que solían ser la norma en esas épocas, como bailar “a contratiempo”; dichos principios no habían sido actualizados o cuestionados a la par que la música progresaba, evolucionaba y dejaba de enfatizar los tiempos débiles musicales, así como al mismo tiempo el casino ganaba preferencia sobre el son.

Luego está también el hecho de que el son fue incorporado dentro del currículo de las instituciones gubernamentales, como la ENA (Escuela Nacional de Artes), al punto de que mucho de lo que la gente ve del son –si sí llegaran a verlo– es un espectáculo anacrónico sólo para los ojos y no como un baile social con el que tengamos “contacto” e interactuemos. (De nuevo, esto no se refiere a que no haya bailadores sociales que no lo bailen, sino que una mayoría simplemente no.) Lo que al final esto quiere decir es que hay muy pocas personas controlando el conocimiento sobre este baile. A su vez, por lo mismo que dicho conocimiento viene de un puesto de poder, lo cual ejerce un control sobre la información que se difunde, muy pocos cuestionan dicha información (debido a la carencia de conocimiento suficiente), mientras que la mayoría la toma por buena. Esto ha desembocado en lo que sucede en los talleres, donde mucha gente recibe esa información pero rara vez cuestiona lo que le enseñan.

Espero que estas aclaraciones hayan ayudado. Si hay algo que no esté claro sobre el baile de son, siéntanse cómodos de preguntar en la sección de comentarios, que me aseguraré de abocarme.

 

 

Sobre el traductor:

Soy una persona a la que le gustan las artes, la filosofía y la ciencia. Disfruto del baile y de indagar en aspectos no tan conocidos de éste, al igual que me gusta la música y veo que hay una conexión sutil pero no explorada entre el baile y la música, lo cual también investigo. La fotografía me agrada y la practico.

Omar Salgado