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Si vives fuera de Cuba, posiblemente entraste en contacto con el baile de casino a través de una serie de rótulos. En efecto, las personas que te enseñaron a bailar casino posiblemente lo hayan hecho llamando al baile “salsa casino” o “salsa cubana” o “salsa a la cubana” u otro nombre.

A lo que voy: el común denominador de todos estos nombres a través de los cuales pudiste haber conocido acerca del baile de casino es la palabra “salsa”. “Salsa” es lo que los une. “Salsa” es la palabra que llama tu atención e interés; la palabra que te hace ir a las clases.

¿Por qué? Porque si dijeran “casino” fuera de Cuba, no asociarías esa palabra con un baile, mucho menos uno cubano—así me dicen muchas personas.

Pero el nombre del baile es “casino”. ¿Por qué, entonces, la gente opta por incluir la palabra “salsa”?

La anterior pregunta fue, en parte, contestada ya: porque “salsa” es lo que la gente conoce. Y porque la salsa y el casino se bailan con la misma música: el son montuno y sus subgéneros. De manera que si alguien pusiera “Llorarás” de Oscar D’León, uno podría bailar casino o salsa con esa canción. Lo mismo, sin embargo, no podría ser dicho del baile de salsa y, por ejemplo, el baile de bachata. En efecto: dos géneros musicales diferentes que requieren diferentes bailes. Pero en tanto el casino y la salsa, los dos bailes se pueden ejecutar con la misma música; así que, por cuestiones de mercadeo, para muchos maestros de baile tiene sentido usar la palabra “salsa” para referirse al baile de casino.

Dicho todo esto, todavía queda por responderse lo siguiente: ¿es el baile de casino una forma de bailar salsa? Esto podría explicar rótulos como “salsa casino”, por ejemplo.

¿La respuesta corta? No, el baile de casino no es una forma o estilo de bailar salsa.

¿La larga, pero no tan larga?

Bueno, ya que insistes.

El baile de casino no es una forma de bailar salsa por tres razones principales. Estas son mis razones que, con el tiempo y después de varias discusiones con personas que creen que el casino es salsa, he encontrado que son infalibles:

  1. El baile de casino fue creado primero que el baile de salsa.
  2. El baile de casino puede ser bailado con música que no necesariamente tiene que ser “salsa”.
  3. El casino es coreográficamente diferente al baile de salsa (si hablamos de la salsa estadounidense) o utiliza diferentes conceptos danzarios que la salsa que se baila en el resto de Latinoamérica.

Me explico.

  1. El baile de casino fue creado primero que el baile de salsa.

El baile de casino fue un baile cubano que tuvo sus comienzos en la década del 50. Cualquier libro, artículo de investigación o página de Wikipedia te dirá que la palabra “salsa” en tanto género musical—y recuerden que sin música primero no hay baile—no surgió hasta finales los 60 y se popularizó en los 70…y fuera de Cuba, además. Históricamente, el baile de casino es mucho más viejo no solo que el baile de salsa, ¡sino que la misma música que llamamos “salsa”!

El baile de casino antecede históricamente a la salsa (música o baile). Por lo tanto referirse al casino como un “estilo” o “forma de bailar” salsa constituiría un anacronismo.


  1. El baile de casino puede ser bailado con música que no necesariamente tiene que ser “salsa”.

Ya que el casino fue desarrollado en los 50—y la salsa es un fenómeno musical mayormente de los 70—esto significa que, lógicamente, los cubanos bailaron casino originalmente con música que no era “salsa”.

Esa música fue el son montuno.

De manera que el baile de casino tampoco puede ser confinado, musicalmente, a la salsa en tanto música porque cuando el casino fue creado, ¡la salsa no existía! Y ahora que todo el mundo está hablando de “timba”, la conexión del casino con la salsa es mucho más invisible. De hecho, hoy en día, cuando se habla del baile de casino y de la música que se usa para bailarlo, todo el mundo acude a la “timba”.

¿Entonces por qué seguimos apegados tanto a la “salsa”?


  1. El casino es coreográficamente diferente al baile de salsa (si hablamos de la salsa estadounidense) o utiliza diferentes conceptos danzarios que la salsa que se baila en el resto de Latinoamérica.

Quizá los latinoamericanos que viven en Estados Unidos ya se hayan percatado de esto, pero aquí lo repito: la salsa que se baila y enseña en los Estados Unidos (lo que le llaman “salsa en 2” o “salsa en 1”, o salsa al estilo Neva York o Los Angeles, o salsa en línea) es salsa estadounidense, no solo porque se creó en los Estados Unidos, sino porque tiene muy poco que ver con la salsa que se baile en América Latina.

Tomemos este video de salsa estadounidense:

Los que bailan salsa en América Latina se percatarán rápidamente que esto no es la salsa que ellos bailan. Y no lo es. Esto es otra cosa que tiene que ver más con el baile norteamericano del swing, pero que por razones de mercadeo que buscan vender una idea de “lo latino”, se conoce en los EE. UU. como un baile “latinoamericano”.

En Latinoamérica la salsa se baila más o menos así:

Estos últimos videos, como pueden ver, tienen poco que ver con el video de salsa estadounidense que les enseñé más arriba.

Hay dos tipos de salsa, entonces, la latinoamericana y la estadounidense. En tanto la estadounidense, que muchos conocen como “salsa en línea”, el baile de casino es sumamente diferente, comenzando con que no se baila en línea.

Aquí les dejo un video del baile de casino:

La diferencia es, como se dice, más clara que el agua.

Ahora comparen ese video a los videos de latinoamericanos—no cubanos—bailando salsa. ¿Son similares? Sí, en algunos aspectos, pero en muchos no, como lo es el del marcaje hacia adelante que usa el casino pero que la salsa latinoamericana no usa. (Escribí más sobre eso aquí.)

Pero digamos que sí, que sí se parece bastante lo que se hace en Cuba con lo que se hace en el resto de Latinoamérica. Entonces, debido a que el casino fue creado primero que la salsa, ¿no tendría sentido llamarle a lo que los latinoamericanos hacen “casino” si es que realmente son parecidos? ¿No sería la salsa latinoamericana un estilo del casino, ya que el casino vino primero?

Eso tiene mucho más sentido, pero en mi experiencia, esta es una premisa que ningún latinoamericano está dispuesto a aceptar. Y al no aceptar esto, están aceptando también, implícitamente, que la salsa y el casino son bailes diferentes.

Que es exactamente lo que estoy diciendo.


Así que quiero dejar algo bien claro: cuando oigan esos nombres de “salsa casino” o de “salsa cubana”, sepan lo que están oyendo: no una verdad, sino una estrategia de mercadeo diseñada para que tú, el extranjero, te intereses por tomar clases de un baile de otro país al utilizar términos que te resultan familiares, como lo es “salsa”.

Y ha funcionado: has ido a las clases; has aprendido a bailar lo que allí enseñan. Pero durante todo este proceso, hay un precio que se ha pagado: el baile ha dejado de ser casino.

En el momento que al casino le llaman “salsa”, se abren las puertas para que se baile como se baila la salsa. Y ahí se pierde el casino, porque lo que termina pasando es que la gente se apropia de ciertas figuras provenientes del casino para incorporarlas a lo que hacen cuando bailan salsa. En ese aspecto, sí, lo que están haciendo es “salsa casino”, una combinación de salsa y casino, un casino al estilo de la salsa que bailan.

Lo que significa que lo que realmente se está haciendo es ajustar un baile extranjero a conceptos locales en vez de intentar sumergirse en una experiencia danzaria foránea donde la forma local de bailar no se ajusta a este baile cubano, y por ende hay que aprender a bailar casino empezando, muchas veces, desde cero.

En otras palabras: lo que menos está haciendo la gente latinoamericana que baila “salsa casino” o “salsa cubana”, pensando que es un baile cubano, es, irónicamente, bailar un baile cubano.

Ahora, conociendo que el baile realmente se llama “casino”, algunos podrían decir: “Pero si le llamo al baile ‘casino’, entonces nadie me entendería”—o, si es un instructor: “Mis clases no venderían”. Bueno, si nadie te entiende, ese es el punto: demostrarle a la gente que este baile no pertenece a su experiencia, que es algo nuevo. Eso en sí crea interés. Y a los instructores que dicen que sus clases no venderían: ahí mismo están delatando el nombre “salsa casino” o “salsa cubana” por lo que es: una estrategia de mercadeo que tiene el propósito de vender clases, no de comunicar cómo realmente se llama el baile. Y por otra parte: sí vende. Si quieren ejemplos de escuelas de casino exitosas, miren a los DC Casineros, en la capital estadounidense; el grupo Playa Casino en México. El problema, sencilla y llanamente, es que la gente no quiere intentar. La mayoría de las personas que me ha dicho que llamarle “casino” al casino no funcionaría son personas que, cuando les pregunto si alguna vez lo han intentado, me dicen que no.

Otros me dicen que por qué no llamarle al casino “salsa” si los mismos cubanos lo hacen. Y es verdad. A veces los mismos cubanos le llaman al casino “salsa”. Pero eso tiene que ver con las mismas razones expuestas anteriormente: es una estrategia de mercadeo diseñada para que el extranjero se interese y así poder vender. Eso no significa que el casino sea “salsa”, de la misma manera que llamarle a un chimpancé “mono” no lo hace mono (técnicamente es un simio).

Hay otros cubanos que sí le llaman al casino “salsa” por pura desinformación. Nacieron después de los cincuenta, en una era donde la palabra “salsa” ya era popular como música con la que bailaban. Tampoco han hecho investigación al respecto. No saben la historia y que el casino ya existía mucho antes de la salsa.

Por otra parte, hay cubanos que creen que el casino es un género musical. Moral: no les crean siempre a los cubanos por el simple hecho de ser cubanos.

A la hora de la verdad, cuando se hacen programas de bailes populares televisados en Cuba, se le llama al casino por su nombre. El popularísimo programa “Para bailar casino”, que fue transmitido entre el 2004 y el 2006, no se llamaba “Para bailar salsa”. Encima de esto, los cubanos tenemos una ventaja que no tienen otras personas en tanto este tema: si el cubano de Cuba dice “salsa”, la imagen mental que crea en su mente es la del baile de casino porque no tienen otro referente. Así que aun cuando andan desinformados, no hay confusión en tanto baile. Que es todo lo opuesto que pasaría en, digamos, Venezuela: si un venezolano dice “salsa” no va a crear una imagen mental del baile de casino. De manera que hay que tener más cuidado fuera de Cuba con estos términos que dentro de la isla.

“Salsa casino” o “salsa cubana” es una fantasía local que se nutre de la falsa idea de que se está aprendiendo un baile foráneo. El primer paso es admitir realmente que lo que estás aprendiendo, si no eres cubano, no pertenece a tu experiencia. Llamémosle “casino” al casino. Ahí es cuando realmente comienzas a aprender este baile cubano, no un baile de tu país que tus profesores han salteado con suficientes elementos “cubanos” para engañarte y hacer creer que estás aprendiendo un baile de otro país.

Al pan pan, y al vino vino.

Y al casino, casino.