Un grupo de baile en las afueras de La Habana intenta ganar una competencia nacional de baile en Cuba. Son una historia y evento que abarcan toda la isla. El grupo proviene del municipio de Guanabacoa y su pasión es el casino. Junto a la trayectoria del grupo, se escucha fabulosa música cubana, entramos en las vidas personales de los bailadores y averiguamos cómo fue que comenzó el casino, tal como lo recuerdan los bailadores de la vieja escuela que vivieron esa etapa. Esta es una rara y auténtica vista de la Cuba de hoy y el baile que levanta el espíritu nacional.
¿Qué los impulsó a realizar un documental sobre bailes cubanos?, ¿y por qué el casino específicamente?
Eric: Primero que nada, gracias, Dáybert, y a los lectores de “Son y Casino” por su interés en el film “La salsa cubana”! El proyecto fue una colaboración entre Sarita Streng y yo. Yo había estado viviendo en La Habana por un año desde el verano del 2003. Sarita, quien había enseñado casino conmigo en San Diego anteriormente, vino a visitarme hacia finales de año y vimos la rueda de Guanabacoa hacer una presentación como parte de un festival de rueda de casino en el Teatro América. El grupo ya había ganado unas rondas preliminares en el programa de televisión “Para bailar casino” y parecía que iba a ganar la competencia. Sarita vio una dinámica comunitaria interesante en el grupo. Por mi parte, había estado realizando entrevistas a bailadores más viejos acerca de los orígenes del casino. Cuando Sarita dejó Cuba, decidió hacer un documental acerca del grupo. Después, me invitó a ser parte de la producción y después la posproducción hasta que finalmente terminé haciéndome cargo del proyecto y completé lo que Sarita había comenzado y en lo que ambos habíamos trabajado por un par de años.
Sarita: Después de viajar a Cuba varias veces para aprender y estudiar danza, me sentí inspirada a compartir la belleza del casino y la rueda de casino con las personas fuera de Cuba. En ese momento, me habían dado permiso para viajar a Cuba como maestra de baile e investigadora, por lo que me sentía muy privilegiada de tener la oportunidad de experimentar el baile de casino en su país de origen. A la mayoría de los ciudadanos estadounidenses no se le permitía viajar a la isla en ese momento por razones legales; de manera que esto se convirtió en mi manera de hacerles llegar el baile a ellos. Como maestra de baile, valoro la importancia de aprender sobre el contexto social y la historia de un baile, y este valor se relaciona mucho con el formato del documental. También, me encanta la idea de la “diplomacia a través del baile”; es decir, aprender sobre y mejorar el entendimiento transcultural a través del baile. Además, no había muchos otros documentales sobre el casino o la rueda de casino y eso me inspiró aún más a grabar esta forma de arte.
Hay muchas otras ruedas en La Habana. ¿Qué en particular tenía La Rueda de Guanabacoa que los inspiró a seguir y grabar su trayectoria? ¿Cómo fue que conocieron al grupo?
Sarita: No tuve la idea de hacer este film sino después de que visité a Eric en Cuba y regresé a los Estados Unidos. Me sentía tan emocionada por haber visto una variedad tan grande de grupos de rueda de casino exitosos, incluyendo La Rueda de Guanabacoa. Quedé tan inspirada por su baile que encontré una manera de conocerlos detrás del escenario. Ellos fueron muy amigables y me invitaron a que visitara sus casas para socializarnos y charlar. Y ahí fue que comenzamos una amistad. Muchos de mis amigos en San Diego en ese momento eran parte de un grupo de rueda de casino y yo quería saber qué tipo de dinámica social tendría un grupo análogo en La Habana. Quería saber cómo la rueda de casino unía a la gente en este municipio en las afueras de La Habana y entender quiénes eran los miembros.
¿Pueden hablar acerca del proceso de hacer el documental? ¿Cuánto tiempo les tomó? ¿Qué cosas tuvieron que hacer para poder grabar en Cuba? ¿Dónde se quedaban cuando estaban en la isla? ¿Y qué papel jugó Álvaro Rangel?
Eric: Sarita comenzó la preproducción a principios del 2004 y el documental hizo su debut en el Chicago Latino Film Festival y en el Havana Film Festival New York en abril del 2011. Así que demoró como siete años completar todo y lanzar el film. Como todo largometraje, necesitó preproducción (la fase de planeamiento y de encontrar a los participantes), producción (la grabación como tal) y la posproducción (el proceso de edición que le da coherencia a la historia), y mercadeo. Sarita conoció a nuestro director de fotografía, Álvaro Rangel, en un retiro espiritual y el accedió a ayudarnos con el proyecto pro bono. Esto fue de tremendísima ayuda porque la fotografía de Álvaro es natural y orgánica y funcionó a la perfección para el proyecto. También, Álvaro vive en Miami, creció por parte de su vida en Venezuela y asistió a la escuela de cine allá, lo cual hizo que fuera relativamente fácil que Cuba le diera una visa de periodista para poder filmar con un equipo profesional. Bill Martínez, un abogado bien conocido en San Francisco que se especializa en asuntos de Cuba, se hizo cargo de obtener la licencia del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos que nos permitiría ir a Cuba y trabajar en este proyecto. Louis Head, quien lidera un grupo de estudios sobre Cuba en Albuquerque, Nuevo México, también ayudo con otros asuntos legales y de viajes.
Sarita: Agregaría que Álvaro también ayudó con la dirección de algunas de las entrevistas además de su papel de camarógrafo. Nos quedamos en las casas de la gente en Guanabacoa. Algunos miembros del grupo de baile incluso se convirtieron en parte de nuestro equipo de producción. Por ejemplo, una noche cuando no había un enchufe que nos permitiera grabar una entrevista, nos ayudaron a conectar el equipo a un camión para que tuviéramos electricidad. También nos ayudaron a encontrar una casa donde pudiéramos grabar el baile desde arriba para una de las escenas ¡y hasta levantaron a Álvaro hasta el techo para que pudiera hacer la toma! Este documental fue un proyecto con poco presupuesto que lo impulsamos nosotros mismos. Hicimos algunos eventos para recaudar fondos y nuestros amigos y familias donaron dinero y nosotros también usamos parte de nuestro dinero para que el film saliera adelante. La contribución laboral de Álvaro, hecha pro bono, fue invaluable. El film fue una labor de amor y hubo muchas personas que donaron su energía y tiempo a ello.
Me gustaría ahora entrar en los aspectos específicos del contenido del documental, comenzando por el título. Recuerdo que cuando vi este film por primera vez en Atlanta, hace ya alrededor de cuatro años, le hice la misma pregunta a Eric, y sé que al principio quería titularlo “La rueda de Guanabacoa”. Pero mis lectores quieren saber: ¿por qué “La salsa cubana”?
Eric: Buena pregunta. Y estás en lo cierto: durante gran parte de la producción, el título con el que trabajamos fue “La Rueda de Guanabacoa”, pero no fue el título correcto para el lanzamiento. Necesitábamos algo que atrapara mejor la esencia del film y que tuviera sentido para una audiencia fuera de Cuba. En su seno, el film es la historia de un grupo de un barrio que baila rueda de casino. Abarca también la historia e incluye otros bailes que han contribuido a cómo se baila el casino, como el son, el danzón, el chachachá, la rumba y el swing. La banda sonora del film incluye muchos géneros musicales como timba, changüí, son, mambo y jazz cubano. Más allá de esto, el documental funciona como una ventana por la que los que no han viajado a Cuba pueden observar la vida y cultura de la isla. Así que acordamos usar un título que de alguna manera representara la variedad de temas y tópicos contenidos en el film. Quisiera enfatizar que “La salsa cubana” es solo el título del documental. Tal como “La Rueda de Guabanacoa”, no intenta ser el nombre de ningún tipo de baile o género musical.
Quisiera agregar también, ya que este suele ser un tópico de discusión y a veces de confusión, que al baile de parejas en Cuba generalmente se le llama “casino” y al baile de grupo, “rueda de casino” (a veces acortado a “rueda”) y esos son los términos que los participantes cubanos usan la mayoría de las veces en el film. Hubo veces en las que se usó “salsa”, el cual también es un término bastante común que se utiliza para el baile de casino en Cuba, aunque algunos bailadores lo consideran incorrecto, ¡incluyéndome a mí!
Sarita: Dejaré que Eric se encargue de esta. Él tuvo opiniones más firmes sobre el tema.
Una de las cosas de las que me percaté en el documental fue que los miembros de la rueda de Guanabacoa eran rotulados “bailadores” mientras que Leonardo Martínez Moya—uno de los entrevistados—era un “bailarín”. ¿Podrían explicarles a los lectores del blog la diferencia en cuanto a la terminología?
Eric: La manera en la que se me explicó esto en Cuba fue que un “bailador” es una persona común y corriente sin entrenamiento oficial en tanto baile; el término “bailarín”, por otra parte, se reserva específicamente para los que han sido entrenados profesionalmente.
Habiendo grabado en Cuba y experimentado cómo los casineros aprenden a bailar allá, ¿pueden hablarme sobre las diferencias que perciben en cuanto a cómo el casino se enseña en Cuba—vemos, por ejemplo, a Jorge enseñando a su hija—y la forma en que el casino se enseña fuera de la isla?
Eric: Durante los cincuenta años que se ha bailado casino, desde finales de los 50 hasta la fecha de producción del documental, el número de escuelas de baile en Cuba que han enseñado casino al publico ha sido cero. ¡CERO! Todos los casineros aprenden de la familia y amigos. Y sí, Cuba tiene muy buenas escuelas de baile, pero esas son para profesionales y el enfoque en ellas es en la técnica y las coreografías. El baile social es una cosa completamente diferente: se trata de improvisación constante, la conexión con la música y la pareja, mostrar tu estilo individual, conocer a otras personas y divertirte. Y tienes que darte cuenta el gobierno lo opera todo en Cuba y que aparentemente el gobierno nunca decidió que las escuelas de casino eran algo que se deberían ofrecer. Las personas en Cuba aprenden a bailar desde temprano y creo que eso le da un toque muy diferente al baile si lo comparamos con las personas que aprendieron en academias en los Estados Unidos ya a una edad adulta.
Su documental toca el tema de las diferencias generacionales. En su entrevista con Los Tradicionales, por ejemplo, ellos afirman bailar todavía el casino en el estilo de los sesenta. ¿Pueden darme su opinión en cuanto a lo que aprendieron o percibieron sobre los estilos de las diferentes generaciones—Los Tradicionales vs. La Rueda de Guanabacoa—mientras los grababan o hablaban con ellos acerca del casino?
Eric: Esa es una pregunta difícil porque han varios factores que afectan la manera en que una persona baila: la edad, el vecindario o la ciudad, la clase social y el trasfondo étnico, estilo personal y otras cosas. En general, diría que los bailadores de la generación más vieja hacen cosas más sencillas, pasan más tiempo bailando en la posición social/cerrada, y no intentan ejecutar figuras complicadas con los dos brazos. El baile de casino se hizo más complejo a través de los años, con los bailadores siempre inventando nuevas figuras. En el film, Pepe Argote dice que cada generación de bailadores toma de lo que hay y agrega lo suyo.
Sarita: Un fenómeno social que he visto a través del casino con los cubanos que he conocido es que parece haber un respeto por y conocimiento sobre la evolución de los estilos de bailes. Los bailadores más jóvenes en Cuba tienden a saber más sobre la historia del baile, cosa que no pasa tanto aquí con los jóvenes estadounidenses con sus bailes.
En el documental, hay escenas de una entrevista con Adalberto Álvarez, fundador de Adalberto Álvarez y su son, que en mi opinión es una de las mejores bandas de música bailable en la actualidad. Noté que fue el único músico que entrevistaron. ¿Fue porque no tuvieron la oportunidad de entrevistar otros músicos, o hubo una razón en particular por la que eligieron hablar con Adalberto?
Eric: Adalberto apoyó mucho el programa de televisión “Para bailar casino” que sale en el documental y tuvimos la suerte de acordar una entrevista con él. Sarita y nuestra especialista en derechos de música, Lourdes Diez, fueron las que hicieron la entrevista posible. Inicialmente, él propuso grabar la entrevista en el hotel Habana Libre, pero terminamos grabando la entrevista en su casa, que fue chévere. Adalberto había acabado de lazar su disco “Para bailar casino” cerca del momento en que comenzamos la producción—de hecho en la carátula hay bailadores del grupo de Guanabacoa—de manera que fue una cosa lógica. No recuerdo haber buscado otro músico para entrevistar. Al fin y al cabo, la historia es sobre un grupo de baile y su trayectoria.
Un documental, como cualquier otro largometraje, pasa por un proceso de edición. Hay mucho material que examinar y, a la larga, no todo lo que se filmó se incluye en la versión final. ¿Pueden hablarme un poco sobre algunas escenas que no fueron incluidas en el documental y por qué?
Eric: Sí, definitivamente tuvimos que excluir material durante el proceso de edición. Como cineasta, quieres llegar a la esencia de las cosas lo más rápido posible y continuar rodando. Todas las escenas fueron más largas de lo que se presentó en el producto final, pero eso es normal. Me hubiera gustado mantener un poco más de los comentarios de Graciela sobre la historia, y recuerdo cortar algunos de los comentarios muy útiles de Jorge en cuanto al baile social, pero no había suficiente material para formar una escena completa en ese caso.
La última pregunta viene de los lectores del blog. Quieren saber más sobre qué pasó con las personas que salen en el documental—especialmente los bailadores de Guanabacoa—después de todos estos años desde que se lanzó el film. ¿Han formado un grupo nuevo? ¿Algunos de ellos enseñan?
Eric: Les mostramos el documental a la mayoría de los bailadores de Guanabacoa en el 2013 y, ¡vaya!, ¡ya eran todos adultos y tenían familias! Una de las cosas hermosas de este grupo es que todos eran aficionados con una gran pasión por el baile. Esto significa que el grupo de baile fue efímero y que solo ocupó un pequeño momento de sus vidas. Como puedes ver en el film, muchos de los miembros se desilusionaron después de la competencia final. Albertico intentó reiniciarlo como seis meses después de la competencia sin mucho éxito. Después Jorge formó un grupo diferente en Guanabacoa con bailadores nuevos e hicieron algunas presentaciones por un tiempo. Jorge murió de cáncer en el 2007 (el documental está dedicado a su memoria) y entonces Dreque, el segundo bailador después de Albertico en la escena final, formó también otro grupo en Guanabacoa. Albertico está ahora en el sur de España. Pepe se fue para Ecuador con su esposa Loida (que apareció bailando brevemente en una de las escenas) y allá murió. Graciela todavía baila y enseña en La Habana. ¡Ella es un tesoro nacional!
Información adicional sobre los directores:
Eric vive ahora en San Francisco, trabaja en el campo de la tecnología como un ingeniero y empresario, y continúa viajando a Cuba para bailar y hacer investigación.
Sarita vive en Albuquerque, Nuevo México. Es madre y trabaja como una terapista laboral. Enseña casino con el grupo Rueda 505.
¡Hola amigos de Son y Casino! Soy Paco de la Ciudad de México, practico Casino desde hace doce años, lo aprendí en México con maestros cubanos y lo he desarrollado un poco mas en Cuba, ya que por mi actividad profesional (buzo, fotógrafo subacuático y guía turístico en Cuba) he tenido oportunidad de estar por períodos largos en Cuba, desde hace 27 años, también he de decirles que estuve casado por seis años con una chica de Cienfuegos, por lo que pude conocer el alma de las familias cubanas como residente, aunque uno nunca deja de ser “yuma” o extranjero, pero adquiere una visión distinta del turista que visita solamente la Habana y Varadero por una semana.
Además cuando estoy en la Habana, soy cliente frecuente del “antro” (como decimos actualmente en México a las discotecas) El “Milocho” o El 1830 -situado a un costado del Mesón de la Chorrera, al final del Malecón de la Habana, por el rumbo del Rio Almendares- que es el lugar preferido por los extranjeros para bailar Casino a la manera en que lo aprendemos fuera de Cuba, es decir el Casino Acádemico o de Salón , en contraposición del Lírico o de la calle que es el que documentan Eric Johnson y Sarita Streng en su filme “La Salsa Cubana”
Me quiero referir a la afirmación que hace Sarita, “de que en Cuba no hay escuelas para los no profesionales, para aprender a bailar Casino” lo cual no es del todo cierto ya que hay una infinidad de lugares a lo largo y ancho de Cuba donde se imparten clases de Casino, insisto académico o de salón, ejemplos; círculos de interés en las casas de la cultura de muchos municipios, en la ciudad de los Pioneros, asistí a clases con alumnos de secundaria y cercano al lugar donde rentaba una casa particular en los Sitios en la calle de Maloja (entre Gervasio y Escobar) había una escuela para cubanos, a la que podía uno asistir si pagaba la cuota respectiva. Efectivamente para bailar casino lírico o de la calle es imposible que haya escuelas, porque se aprende de ver a la familia o los amigos, se inicia con los fundamentos del baile o básicos (conteo de ocho tiempos) y se van agregando figuras y movimientos al estilo de cada quién, ademas se florea cantidad, es decir se dejan de hacer movimientos o se aumentan , pero siempre cayendo al tiempo que debe ser, por eso en el documental dice Antonio el líder de la rueda de Guanabacoa, que el no podría bailar en una rueda de Regla (municipio muy cercano) por lo mismo que cada rueda imprime su sello particular.
Por eso se nos dificulta a los extranjeros bailar casino con cubanos, y es imposible bailar como ellos porque eso no se aprende en escuelas, dado que no hay metodología sino sentimiento puro y ritmo. No obstante la técnica del yuma combinado con el swing del cubano hacen maravillas cuando se complementan.
Reciban un cordial Saludo.
Solo quiero aclarar que no existe la salsa cubana, bueno existe en las personas que erróneamente creen que por cambiarle el nombre a lo que surgió en nuestra tierra con el nombre de casino y se ha extendido con el nombre inventado de salsa para quitar a Cuba como lugar de su creación , nos están haciendo un flaco favor dentro de la isla llamándole así, eso solo tiene un nombre y es casino y mientras nosotros mismos nos sigamos negando y dejando llevar por el mercado, ellos seguirán diciendo que lo que nosotros bailamos en antiguo.