Esta vez, voy a comenzar yendo directo al grano:

Nadie, absolutamente nadie, puede decirte cómo los cubanos bailan casino.

Esta declaración la hago a manera de aviso/advertencia para este blog. Y la razón por la que hago esto es porque, con este blog, no estoy tratando de decirte cómo bailar casino exactamente como lo hacen los cubanos. De hecho, en ninguna de las entregas encontrarás algo que te diga: “Esta es la manera de hacer las cosas porque así es que los cubanos lo hacen en Cuba”. Tampoco quiero construir un paradigma para el baile de casino que me lleve a decir: “Esta es la única manera de bailar casino”.

Todo lo que quiero hacer con este blog es exponerte a ti, el lector, “a una manera diferente de ver o pensar ciertos aspectos de la música y baile cubanos” (de “Sobre Son y Casino”).

¿Pero cuál es esa “manera diferente” a la que te quiero exponer.

Pues, claro: a mi manera.

Esto puede resultar obvio para algunos de ustedes que tienen más experiencia como bailadores, pero para los que están recién entrando en contacto con el casino como baile y leen este blog para obtener consejos, referencias históricas y musicales, etc., quizá no lo sea tanto. Cualquiera que sea el caso, quiero que lo que he dicho quede abundantemente claro. Así que lo repetiré:

Al leer “Son y Casino”, estás leyendo la manera en que Dáybert (yo) ve, entiende y baila casino.

Aunque siempre me aseguro de aclarar esto en cualquier taller que doy, la necesidad de hacer esta declaración en mi blog se me hizo clara durante una conversación que tuve el otro día con un buen amigo mío. Estábamos conversando sobre la página de este blog titulada “Casino Dancing Videos (from Cuba)”, donde tengo una lista de reproducción que contiene docenas de videos de cubanos bailando casino en la isla, y me dijo que al ver a estos cubanos bailar, notaba que no se adherían a los conceptos musicales de los que hablaba en mi blog. A lo que respondí que claro que no lo harían tal como he sugerido porque dicha sugerencia había salido de mi interpretación de la música y cómo esta funciona. De hecho, si lees cualquier entrada titulada “Musicalidad”, no encontrarás referencias directas de la isla; lo que sí encontrarás son videos míos bailando casino y demostrando lo que quiero decir.

Su pregunta, sin embargo, me dejó pensando. Las personas que leen este blog, ¿están tomando lo que digo como una “verdad” que lo abarca todo en cuanto a cómo los cubanos bailan casino?

Sinceramente, espero que no. Como también sinceramente espero que no lo estén haciendo con ninguna otra persona tampoco. La razón por la que digo esto es porque, tal como la información que se presenta en este blog, donde lees acerca de mis propias idiosincrasias al bailar, lo que me gusta hacer y no me gusta, es eso también lo que enseña cualquier otro maestro/instructor de baile. El mejor ejemplo de esto se encuentra en los congresos de bailes cubanos. A menudo oigo a las personas decir que, para ellos, es a veces contraproducente tomar talleres porque cada instructor tiene una manera diferente de hacer la misma figura, o le dan un nombre diferente. O que los pasos básicos que un instructor usa no concuerdan con los que usa otro instructor. (Esto no es una crítica de los congresos, como tal, sino una observación de un fenómeno muy real, que dice mucho de las diferentes maneras en que las personas—en este casino los instructores—entienden el casino).

Lo que quiero decir es que las personas que asisten a estos eventos de bailes cubanos, llegan a ellos pensando que van a aprender casino como si éste fuera un baile que no fluctúa, con un grupo preestablecido de figuras que tienen que ser dominadas; pero lo que realmente aprenden es casino tal como cada instructor cuyo taller toman lo ve, lo entiende y, básicamente, lo baila.

El problema está en que a las personas no se les dice esto. Y tiene sentido, desde un punto de vista de mercadeo. Si las personas quieren aprender “cómo bailan los cubanos”, y lo que les dicen es que lo que están aprendiendo es solamente como este instructor cubano en particular baila, bueno, eso no vende tanto, ni atrae a tanta gente. La gente quiere una experiencia cultural foránea que trasciende cualquier instructor porque piensan el baile como una entidad individual compartida por un grupo de personas (en este caso, los cubanos)

Pero, Gente, eso no existe.

Lo que quiero decir con esto es que el casino, como baile, existe y puede ser reconocido cuando la gente lo ve. Lo que no existe es una sola manera de bailarlo como “la manera” de bailar casino.

Yo pienso este asunto como pienso el idioma español. El idioma oficial de 21 países en el mundo, el español se habla de maneras muy diferentes dependiendo del país. Los colombianos hablan diferentes a los argentinos; los mexicanos diferentes a los españoles; los cubanos de los bolivianos; etc. No solamente el acento es diferente, sino también la entonación. Y a veces usamos diferentes palabras para referirnos a la misma cosa (eg. guagua y bebé; carro y coche). No obstante las diferencias, sigue siendo español. Y esta variación lingüística no solamente sucede entre países. Sucede también dentro del mismo país. Por ejemplo, ¿no hablan los españoles andaluces diferente a los madrileños? En el caso de Cuba, la manera de hablar español en Santiago de Cuba (parte oriental) es muy diferente de la manera de hablarlo en La Habana (parte occidental). De hecho, muchos occidentales cubanos se burlan de la manera en que los orientales hablan.

Entonces, si las personas en las zonas occidentales hablan el español de manera diferentes a las que viven en las zonas orientales, ¿puede ser posible que su forma de bailar casino sea un poco diferente? (Y con esto no quiero decir que luzca como un baile diferente, sino que tenga un “acento” diferente que lo diferencie de cómo se baila en otras partes de la isla). Personalmente, diría que sí. Y no sería yo el único que lo dijera. Muchas personas que han visitado Cuba y han ido a estas dos regiones se han percatado de lo mismo. (Una vez estuve en un taller que enseñabas figuras de casino al “estilo habanero” y al “estilo santiaguero”). Los mismos cubanos dirían que hay una diferencia, y al ver las docenas de videos de cubanos bailando en la isla que tengo en esta página, la notarás también.

Todo esto para decir lo siguiente: dentro de Cuba, no hay “una manera” de baila casino. No hay una “manera cubana” de bailar casino, de la misma forma que no hay una “manera cubana” de hablar el español en Cuba.

Todo lo que un instructor puede decirte es que lo que hay es “su manera”. Pero repito, muchos no lo hacen porque si lo hicieran, implícitamente te estarían diciendo que hay otras maneras; que otros instructores enseñan lo mismo pero de forma diferente y por lo tanto, si por alguna razón no te gusta la clase, puedes ir a otro instructor y si esa clase te gusta mejor.

Por razones de mercadeo, entonces, es más fácil decir: “Esta es la manera cubana” para que, si estás pasando trabajo con el instructor, no te vayas. Bajo este paradigma de que hay una sola manera de bailar casino, no es culpa del instructor, sino del baile como tal; de manera que si te vas, será igual de difícil aprender a bailar con otro instructor.

Pero repito: nadie, absolutamente nadie puede decirte cómo bailan los cubanos. Nadie puede decirte que están enseñándote a bailar casino “como se baila en Cuba”. Eso no existe, y como muchas otras cosas, como “la salsa cubana”, es una estrategia de mercadeo.

Con esto, no estoy diciendo: “No trates de emular a los cubanos bailando. Al contrario, haz lo que te parezca hacer”. No es eso. Lo que sí estoy diciendo es: “ trata de emular a los cubanos cuando bailas—después de todo, es de Cuba que sale el casino. Pero no tomes la manera en que una persona baila casino—por tan buena que pueda ser—como algo representativo de cómo todos los cubanos bailan en Cuba. Dicho de otra manera, no tomes la versión del baile de casino de esa persona como la única forma de bailar casino. Eso no existe.

Como alguien que aprende casino, entonces, todo lo que puedes hacer es tener esto en cuenta y aprender de quién te guste (puede ser una persona, o dos, o más), haciendo lo que te gusta hacer a ti personalmente pero siempre asegurándote que la gente que emulas estén, en efecto, bailando casino (y no salsa en línea, por ejemplo).

Cuando yo escribo estas entradas, no estoy esperando que lo que digo se convierta en “la norma”, o diciendo las cosas que digo como si lo fueran. Todo lo que intento hacer aquí es exponer a los bailadores a mi manera de ver las cosas para que, si encuentran algo que les guste, se lo pueden llevar consigo y aplicar a la hora de bailar.